¿Qué hacer después de la entrevista de trabajo? (104)

TOMA 1
Te han dado la mano, observado en silencio desde la puerta, que ya han cerrado tras de ti (o no), y te diriges hacia el ascensor o las escaleras. Ese timbre en tus oídos, el run-run zumbando todavía en tu cabeza y la sensación, a veces placentera, otras angustiosa, y muchas desconcertante, de haberse acabado todo ya, de estar hecho el filete, pero no saber si casi crudo, demasiado quemado o (por favor, que sea…) en su punto.

Aprietas el interruptor del ascensor y comienza el baile. «Oh, hice esto o dije aquello que no debía, no podía parar de moverme, se me veía la inseguridad. Esto que he comentado me lo tendría que haber callado…» y tal, y tal, y tal.

Ahora, a buscar corriendo un bar dónde ahogar la angustia en una tila y dar salida a las repentinas ganas de orinar.

Y en el bar… (mentalmente) «y eso, bufff, y lo otro, booooffff», y tal, y tal, y tal, de nuevo. Y así, en mayor o menor medida, hasta meternos en la cama, agotados, como mínimo.

TOMA 2, ALTERNATIVA 1

(Todos atentos…¡SILENCIO!, ¡ SE RUEDA!)

Te dan la mano y se cierra la puerta tras de ti. Aprovechas para respirar hondo y no pensar, durante unos pocos minutos, en lo que acaba de suceder. Avanzas por el pasillo, alcanzas el ascensor, pulsas el botón de llamada, y esperas su llegada. Mientras observas los números cambiar, ya con las pulsaciones a un ritmo más normal, te permites el repasar todo lo sucedido por partes, como si se tratara de una escena rodada en varios planos.

En caliente, haces un primer repaso de los hechos, por eso lo parcelas todo, para facilitar el recuerdo. Te ayudas de un cuaderno o de una agenda, en los que apuntas lo que ha ido pasando, a grandes rasgos. Justo después, rellenas los diferentes planos con lo que fué ocurriendo en ellos: «qué preguntó, qué contesté, cómo me sentí ahí (seguro, inseguro, confiado, a la defensiva, me afectó a la siguiente pregunta, me recuperé bien de lo imprevisto…)»
Se trata de un análisis detallado en caliente.

TOMA 2, ALTERNATIVA 2

(Se repite por segunda vez…¡SILENCIO!::¡SE RUEDA!)

Una vez en el ascensor, te sientes tan relajado y bien porque se haya terminado el proceso, que decides seguir con el relax, quedas con gente de confianza para tomar algo y no haces el análisis de la entrevista hasta pasados unos días, más en frío.

(Se vuelve a oir por tercera vez, ¡SILENCIO, RODANDO!)

TOMA 2, ALTERNATIVA 3

Realizas el primer análisis en caliente, lo dejas guardado en tu fichero, y te olvidas durante unos días.
Pasado un tiempo prudencial, unos dos días, te dedicas al análisis en frío. Es decir, realizaste dos análisis, uno en caliente y otro en frío, bbbrrrr, brrrrrrr, pero es lo que hay que hacer para mejorar. Analizar lo hecho, y entrenar duro lo modificable. Comparando ambos análisis, tenemos una visión más amplia de lo sucedido, pues se complementan entre sí.

Ambos métodos tienen ventajas e inconvenientes. Lo inmediato puede verse influido por la cercanía, la falta de reflexión pausada y por el tipo de personalidad del entrevistador hábil, que puede haber creado el ambiente más favorable para que hablemos como colegas y digamos cosas que sería mejor soslayar un poco, de ser posible.

El análisis lejano puede perder precisión en los detalles y estados emocionales, pero se puede desprender de una influencia contextual, analizando menos desde la emotividad.

En realidad, para mí, la mejor es la TOMA 2, ALTERNATIVA 3. Ambos análisis se complementan y nos dan información sobre qué ha pasado y pautas sobre las que mejorar en una próxima ocasión.

FIN

Obra:
La que tú haces.

Protagonistas:
Tú
Entrevistador-ora

Un abrazo desde la esencia