Los silencios (I) (85)

A veces, todo adquiere un extraño color inexistente, con un toque ligero a incredulidad. Es una sensación que no deja indiferentes, siempre y cuando estemos atentos a los espacios entre las notas. Un gran mito del jazz hablaba de esos espacios en blanco entre las notas, los silencios, como el lugar en el que desplegaba su «diferencia», su toque único, creativo. Yo diría, su genialidad.

Esos silencios podríamos trasladarlos a nuestro día a día. Hablamos y asumimos que en la raíz de las palabras está la comunicación. Y es cierto. En parte. Hay un gran campo de comunicación en los silencios entre las personas. Siempre he creído que los «vacíos de palabras» son un gran plan experimental para las relaciones. Si puedes pasar un buen rato en silencio con alguien a quien aprecias de verdad y no sentir que ha sido algo incómodo, no es silencio, sino comunicación. Tienes la suficiente compenetración como para estar comunicando confianza y seguridad a través del silencio.

¿Se puede considerar un indicador de felicidad y éxito? Pues, seguramente no del todo, pero es una pista bastante creíble sobre la confianza y seguridad que se tiene en el/la otr@, factor a tener muy en cuenta en la estabilidad de una relación.

Si las palabras dicen cosas, los silencios, en muchas ocasiones, las gritan.

Un abrazo desde la esencia