La hora feliz (A Brave New World) (82)

«Pero yo no quiero confort. Yo quiero a Dios, quiero la poesía, quiero el verdadero peligro, quiero la libertad, quiero la bondad, quiero el pecado» – Aldous Huxley

(Prólogo de «Un Mundo Feliz»)

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«En»A Brave New World» (Un Mundo Feliz) » Huxley aborda la descripción de un mundo deshumanizado con humor, en contraste con el tono desangelado y triste de las otras obras principales del género (1984, por ejemplo) Participa de la opinión de que la ciencia y la técnica, al servicio de los intereses de poder, conducirán al mundo a formas sociales de dominación absoluta, a instituciones opresoras a las que nada quedará al margen, de las que nadie escapará. En esa época, Huxley «supone que en cosa de tres o cuatro generaciones el mundo se verá inmerso en esas estructuras deshumanizadas y sofisticadas que describe en su novela» (¿tendrá o no razón? Esto es de mi cosecha)
Con estilos distintos, coincide con lo denunciado por George Orwell en 1949, cuando publicó «1984», el advenimiento imparable del absolutismo, una tendencia del Estado a robustecerse en detrimento de la sociedad.

Huxley, huyendo de la ideología política de occidente, de los valores en nombre de los cuales se ejercía la más brutal y, a la vez, sutil de las violencias, llegó al reposado oasis oriental de la doctrina taoista. Aprendió a respetar el mundo en lugar de hacerle violencia, y que sólo una colectividad que se rija por el respeto a la vida humana, tolerancia y libertad puede sacar al mundo del cruel abismo al que los poderes políticos lo condenan.

Huxley constituyó un ejemplo de renuncia a la civilización de la seguridad por la de la libertad, porque intuyó que, sin esta, no puede organizarse la sociedad de manera encomiable, porque sin libertad no hay vida.»

(Extraído del prólogo de «Un Mundo Feliz» , edición «Editores mexicanos unidos», por Ignacio de Llorens)

(A veces, son tan interesantes el prólogo o el epílogo como el libro en sí)

N-Esencia________________________________________________________

¿Reflejan estas reflexiones de más de 60 años algo de lo que nos está pasando hoy en día? ¿Hemos avanzado tanto como creíamos, o es difícil que sorprendamos a alguien de 80 años y un mínimo interés en cómo gira el mundo? Yo me inclino por la segunda.

Un abrazo desde la esencia.